Yo se las iré contando poco a poco.
Básicamente es la historia de su vida, como va creciendo sus pequeños amores y sus miedos.
Quien diría que un niño pudiera vivir tantas cosas, y no todo trata sobre jugar y ver la televisión. Desde mi punto de vista es ver como piensa un niño, haber que piensan ustedes.
Capitulo I
El Inicio
El Inicio
Todo comenzó un lunes por la mañana, a decir verdad, de ahí para atrás no queda nada, solo recuerdos vagos de una motocicleta y un costal de juguetes. Ya que al parecer este lunes fue el inicio de su memoria.
Era el inicio de clases, el pequeño niño ingresaba a el jardín de niños, el iba con temor, ¿quién querría abandonar su hogar después de algunos años de no salir de ese refugio? Al despedirse la madre, el se aferró con todas sus fuerzas a ella y con lagrimas en los ojos ambos fueron despedidos, -“No te preocupes, en pocas horas regresare por ti”- exclamo la madre.
El niño no quería, sabia que no seria fácil, pero al final tuvo que partir.
Al entrar a su aula, el trato de calmarse, ya que vio que estaba rodeado de niños como el, con temor y que no sabían que era lo que hacían ahí. Solo había miradas, ninguno se atrevía a hablar; hasta que una señora llamada “Maestra” dio el primer paso.
-Hola niños, yo soy la Maestra, bienvenidos a el jardín de niños, espero que se la pasen bien-
Algunos aun con lagrimas en los ojos la miraban con terror, -Usted no es mi madre- pensaba en mi interior.
Y así fueron las cosas por varios días, uno se tendría que ir acostumbrando poco a poco con el paso del tiempo, aunque aun así entre tantos niños me sentía solo. No creía aguantar por mucho tiempo esto, además de que me sentía como esclavo. A mi no me gustaba dibujar ni pintar en mi casa, y una señora llamada Maestra me obligaba, eso era injusto.
Semanas mas tarde fui conviviendo con mas niños, no eran muy agradables, pero cualquier cosa era mejor que estar solo sentando en un rincón.
Las tardes en casa no eran iguales, por que no había nadie, al menos antes tenia las mañanas con mi madre, pero ahora que ella se va al trabajo igual que mi padre, es difícil, pasaba las tardes viendo la televisión con mi hermano aunque, no se por que extraña razón terminábamos peleados y para la noche que volvía mi madre nos regañaba por encontrarnos a ambos llorando, ¿quien puede dejar a unos niños que viven peleando la mayor parte del día solos? Aunque los pequeñísimos instantes de diversión eran buenos.
Tendría que acostumbrarme a este nuevo tipo de vida, llevo varios días y no ha pasado nada, creo que podría aguantar unos cuantos días mas, no creo que esto de la “escuela” dure mucho tiempo, ¿O sí?.
Hable demasiado pronto.
[...]
Era el inicio de clases, el pequeño niño ingresaba a el jardín de niños, el iba con temor, ¿quién querría abandonar su hogar después de algunos años de no salir de ese refugio? Al despedirse la madre, el se aferró con todas sus fuerzas a ella y con lagrimas en los ojos ambos fueron despedidos, -“No te preocupes, en pocas horas regresare por ti”- exclamo la madre.
El niño no quería, sabia que no seria fácil, pero al final tuvo que partir.
Al entrar a su aula, el trato de calmarse, ya que vio que estaba rodeado de niños como el, con temor y que no sabían que era lo que hacían ahí. Solo había miradas, ninguno se atrevía a hablar; hasta que una señora llamada “Maestra” dio el primer paso.
-Hola niños, yo soy la Maestra, bienvenidos a el jardín de niños, espero que se la pasen bien-
Algunos aun con lagrimas en los ojos la miraban con terror, -Usted no es mi madre- pensaba en mi interior.
Y así fueron las cosas por varios días, uno se tendría que ir acostumbrando poco a poco con el paso del tiempo, aunque aun así entre tantos niños me sentía solo. No creía aguantar por mucho tiempo esto, además de que me sentía como esclavo. A mi no me gustaba dibujar ni pintar en mi casa, y una señora llamada Maestra me obligaba, eso era injusto.
Semanas mas tarde fui conviviendo con mas niños, no eran muy agradables, pero cualquier cosa era mejor que estar solo sentando en un rincón.
Las tardes en casa no eran iguales, por que no había nadie, al menos antes tenia las mañanas con mi madre, pero ahora que ella se va al trabajo igual que mi padre, es difícil, pasaba las tardes viendo la televisión con mi hermano aunque, no se por que extraña razón terminábamos peleados y para la noche que volvía mi madre nos regañaba por encontrarnos a ambos llorando, ¿quien puede dejar a unos niños que viven peleando la mayor parte del día solos? Aunque los pequeñísimos instantes de diversión eran buenos.
Tendría que acostumbrarme a este nuevo tipo de vida, llevo varios días y no ha pasado nada, creo que podría aguantar unos cuantos días mas, no creo que esto de la “escuela” dure mucho tiempo, ¿O sí?.
Hable demasiado pronto.
[...]
ammm
ResponderEliminaresta raro .__.
lo leo mejor de ratillo
Ooorale!
ResponderEliminarKeep goinG!!!
Continuación!
YA!
AHORA!
JAJAJAJA!!!
Muy bueno... me pregunto si conozco a esos dos pequeñines
Saludos!!!
Actualiza!